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El Sol roba cometas a otras estrellas

La próxima vez que te emociones al ver un cometa centelleando en el cielo nocturno, considera lo siguiente: lo que estás experimentando es un placer robado. Tu estás disfrutando del espectáculo a expensas de una estrella distante.

Concepto artístico de la nube de Oort. Obsérvese que la escala de distancias es logarítmica. Comparada con el tamaño de las órbitas planetarias, la nube de Oort se encuentra muy alejada. De hecho, el tamaño estimado de la nube de Oort, 10^5 unidades astronómicas, es aproximadamente 1 año luz. Si el Sol pasara a dos años luz de una estrella similar, las nubes de Oort de las estrellas se superpondrían y sus cometas se mezclarían. Crédito de la imagen: ESO

El modelo estándar de producción cometaria indica que nuestro Sol obtuvo estos cometas de forma honrada.

"Ese modelo propone que los cometas son residuos de la formación de planetas de nuestro propio sistema solar y que nuestros planetas fueron los responsables de impulsarlos gravitacionalmente hacia enormes distancias, poblando así la nube. Sin embargo, creemos que este tipo de escenario ocurrió en todos los sistemas solares antes de que el cúmulo de origen se dispersara".

De otra forma, dice Levison, los números no se corresponden con las observaciones.

"El modelo estándar de ningún modo puede producir la cantidad de cometas que vemos [cayendo desde la nube de Oort]. Las estrellas hermanas del Sol tienen que haber contribuido con algunos cometas para la mezcla".

Los cometas de la nube de Oort miden generalmente alrededor de 2 ó 3 kilómetros (1 ó 2 millas), y están tan lejos que estimar su cantidad no es una tarea fácil. Pero Levison y su equipo dicen que, basándose en las observaciones, debería haber alrededor de

400 mil millones de cometas allí afuera. El modelo "doméstico" de formación cometaria puede explicar solamente una población de 6 mil mllones. "Esa sería una nube de Oort bastante anémica, y una gigantesca discrepancia —demasiado grande como para ser explicada por errores en los cálculos. No es posible que nos equivoquemos por tanto, de modo que tiene que haber algo mal en el modelo mismo".

¿Podría este cometa, ahora una super–estrella cometaria,

haber sido robado de otro sistema estelar?.

Él menciona la órbitas cometarias como evidencia.

"Estos cometas se encuentran en órbitas muy peculiares —órbitas altamente excéntricas, de período largo, que los llevan muy lejos de nuestro Sol, a regiones remotas del

espacio. De modo que no pudieron haberse formado en órbita alrededor del Sol. Tienen que haberse originado cerca de otras estrellas y haber sido secuestrados y transportados hasta aquí".

Esto quiere decir que los cometas nos pueden decir mucho no solamente sobre la historia temprana del Sol, sino también sobre la historia de otras estrellas.

"Podemos estudiar las órbitas de los cometas y poner su química en el contexto de dónde y alrededor de qué estrella se formaron. Es intrigante pensar que algunas de las cosas que tenemos

provienen de otras estrellas. Somos 'parientes'".


Un cúmulo de estrellas en formación en la Nebulosa de Orión. Según la investigación realizada por Hal Levison, estas estrellas podrían estar intercambiando cometas entre sí.