La sonda espacial Cassini, de la NASA, ha entregado a los científicos las primeras imágenes de cerca, en luz visible, de un monstruoso huracán girando alrededor del polo norte de Saturno.
Las imágenes en alta resolución y los vídeos muestran a los científicos que el ojo del huracán tiene unos 2.000 kilómetros (1.250 millas) de ancho, lo que es 20 veces más grande que el ojo de un huracán en la Tierra. Las nubes brillantes y delgadas en las orillas de este huracán viajan a 530 kilómetros por hora (330 millas por hora), o 150 metros por segundo. El huracán da vueltas dentro de un gran y misterioso patrón climático de seis lados conocido como el hexágono.
Tormenta del tipo de un huracán en el polo norte de Saturno tal como la registró
la sonda espacial Cassini, de la NASA.
"Hicimos una doble toma cuando vimos este vórtice porque se parece mucho a
los huracanes que se registran aquí en la Tierra", dice Andrew Ingersoll, un
miembro del equipo de imágenes de Cassini, en el Instituto de Tecnología de
California, ubicado en Pasadena. "Pero en Saturno está a una escala mucho mayor,
y de alguna manera recibe pequeñas cantidades de vapor de agua de la atmósfera
de hidrógeno de Saturno".
Los científicos estudiarán este huracán con el fin de comprender mejor los
huracanes en la Tierra, los cuales se alimentan del agua tibia de los océanos. A
pesar de que no hay un cuerpo de agua cerca de esas nubes altas en la atmósfera
de Saturno, aprender de qué manera estas tormentas en Saturno usan el vapor de
agua puede brindar más información a los científicos acerca de cómo se generan y
se sostienen los huracanes en nuestro planeta.
Tanto los huracanes terrestres como el huracán en el polo norte de Saturno
tienen un ojo central sin nubes o con nubes muy bajas. Otras características
similares incluyen nubes altas que forman la pared del ojo, otras nubes altas
que giran alrededor del ojo y la dirección de giro, en contra de las manecillas
del reloj en el hemisferio norte.
La diferencia más grande entre estos huracanes es que el de Saturno es mucho
más grande que sus contrapartes en la Tierra y gira sorprendentemente rápido. En
Saturno, el viento en la pared del ojo sopla más de cuatro veces más rápido que
los vientos huracanados en la Tierra. A diferencia de los huracanes terrestres,
los cuales tienden a moverse, el huracán de Saturno está atrapado dentro del
polo norte del planeta. En la Tierra, los huracanes tienden a desplazarse hacia
el norte debido a las fuerzas que actúan sobre los rápidos remolinos de viento
mientras el planeta rota. El de Saturno no se desplaza y ya está lo más al norte
que puede estar.
"El huracán polar no tiene otro sitio para ir y por eso probablemente está
fijo en el polo", dice Kunio Sayanagi, uno de los asociados al equipo de
imágenes de Cassini, en la Universidad de Hampton, en Hampton, Virginia, Estados
Unidos.
Esta es una imagen espectacular, en colores falsos y que
da vértigo. La imagen fue tomada por la misión Cassini, de la NASA, y pone de
manifiesto las tormentas en el polo norte de Saturno. Crédito de la imagen:
NASA/JPL-Caltech/SSI
Los científicos creen que la gran tormenta ha estado agitándose durante años.
Cuando la sonda Cassini llegó al sistema de Saturno, en el año 2004, el polo
norte de Saturno estaba oscuro porque el planeta se encontraba en la mitad de su
invierno boreal. Durante ese tiempo, la sonda espacial Cassini detectó un gran
vórtice con el espectrómetro infrarrojo compuesto y también con el espectrómetro
de mapeo infrarrojo, pero las imágenes en luz visible tuvieron que esperar hasta
el pasado equinoccio, en agosto de 2009. Solo entonces la luz del Sol empezó a
inundar el hemisferio norte de Saturno. La vista requirió un cambio en la
inclinación de la órbita de Cassini alrededor de Saturno, para que la sonda
espacial pudiera observar los polos.
"Fue posible tomar una vista tan impresionante y fascinante de la tormenta tipo huracán en el polo norte debido a que Cassini está en un curso diseñado con órbitas inclinadas que rodean a la sonda arriba y abajo del plano ecuatorial de Saturno", dice Scott Edgington, el subdirector científico del proyecto Cassini, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory, o JPL ), de la NASA, en Pasadena, California. "Uno no puede ver bien las regiones polares desde la órbita ecuatorial. Observar el planeta desde diferentes puntos de vista revela más sobre las capas de nubes que cubren por completo al planeta".
Cassini cambia la inclinación de su órbita para tal campaña de observaciones solo una vez cada pocos años. Como la sonda espacial usa muchos acercamientos a Titán, la luna de Saturno, con el fin de cambiar el ángulo de su órbita, las trayectorias inclinadas requieren la atenta supervisión de los navegantes. Es necesario planificar la trayectoria con años de antelación y también atenerse absolutamente al itinerario establecido para asegurar que haya suficiente combustible para que la sonda alcance las futuras órbitas y realice los encuentros planeados.
"Fue posible tomar una vista tan impresionante y fascinante de la tormenta tipo huracán en el polo norte debido a que Cassini está en un curso diseñado con órbitas inclinadas que rodean a la sonda arriba y abajo del plano ecuatorial de Saturno", dice Scott Edgington, el subdirector científico del proyecto Cassini, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory, o JPL ), de la NASA, en Pasadena, California. "Uno no puede ver bien las regiones polares desde la órbita ecuatorial. Observar el planeta desde diferentes puntos de vista revela más sobre las capas de nubes que cubren por completo al planeta".
Cassini cambia la inclinación de su órbita para tal campaña de observaciones solo una vez cada pocos años. Como la sonda espacial usa muchos acercamientos a Titán, la luna de Saturno, con el fin de cambiar el ángulo de su órbita, las trayectorias inclinadas requieren la atenta supervisión de los navegantes. Es necesario planificar la trayectoria con años de antelación y también atenerse absolutamente al itinerario establecido para asegurar que haya suficiente combustible para que la sonda alcance las futuras órbitas y realice los encuentros planeados.