Julio de 2015: Cuando se agrega el prefijo “nano” a
algo, generalmente significa “muy pequeño”. Pero las llamaradas solares
parecen ser la excepción.
Investigadores están estudiando un tipo de explosión que se
produce en el Sol, llamada “nanollamarada”. Aunque son mil millones de
veces menos energéticas que las llamaradas comunes, las nanollamaradas
tienen un poder que se contradice con su nombre.
“Una ‘nanollamarada’ típica tiene la misma energía que 240
megatones de TNT”, dice el físico David Smith, de la Universidad de
California, Santa Cruz. “Eso sería similar a 10.000 bombas de fisión
atómica”.
Las diminutas llamaradas solares que se observan en el Sol parecen estar
teniendo un efecto enorme sobre la temperatura de la atmósfera del Sol.
Un telescopio de la NASA, que está diseñado para estudiar los agujeros
negros, quizás pueda resolver el misterio de las “nanollamaradas”.
El Sol puede pasar días, semanas o incluso meses sin producir una
llamarada solar común. Las nanollamaradas, por otro lado, crepitan en el
Sol casi sin parar.
“Vistas a longitudes de onda del ultravioleta extremo y de rayos
X, parecen pequeños puntos luminosos en la superficie solar”, continúa
Smith. “Las primeras observaciones de este fenómeno se remontan a la
estación Skylab, en la década de 1970”.
El implacable crepitar de las nanollamaradas podría resolver un misterio de larga data en el campo de la física solar: ¿Qué provoca que la corona del Sol esté tan caliente?
Imagine estar parado frente a una ardiente fogata. Sienta el calor
de las llamas. Ahora, retírese. ¿No siente tanto calor, verdad?
Pero así no funciona eso en el Sol. La superficie visible del Sol
tiene una temperatura de 5500 °C. Apartarse un poco de la superficie
debería dar cierto respiro. En cambio, la atmósfera superior del Sol,
conocida como la “corona solar”, crepita a un millón de grados (una
temperatura que es casi 200 veces más alta que la de la ardiente
superficie que está debajo).
Durante más de medio siglo, los astrónomos han intentado descubrir
qué es lo que causa que la corona esté tan caliente. Aproximadamente
una vez al año, aparece un comunicado de prensa que pretende resolver el
misterio; pero es refutado por otra teoría alrededor de un año más
tarde. Se trata de uno de los problemas más engorrosos de la
astrofísica.
Smith considera que las nanollamaradas podrían estar involucradas
en el tema. En primer lugar, parecen estar activas a lo largo de todo el
ciclo solar, lo que explicaría por qué la corona permanece caliente
durante el Mínimo Solar. Y, aunque cada nanollamarada de manera
individual se va quedando sin la energía que se necesita para calendar
la atmósfera del Sol, en conjunto, podrían no tener problema alguno para
hacerlo.
Con el fin de investigar esta posibilidad, Smith utilizó un
telescopio que está diseñado para estudiar algo completamente diferente.
Lanzado en el año 2012, el telescopio de rayos X NuSTAR (Nuclear
Spectroscopic Telescope Array, en idioma inglés, o Conjunto de
Telescopios Espectroscópicos Nucleares, en idioma español), de la NASA,
se encuentra ahora en una misión destinada a estudiar los agujeros
negros y otros objetos extremos en el cosmos distante. Los científicos
solares primero pensaron en usar el NuSTAR para estudiar el Sol, hace
alrededor de siete años, cuando ya se había iniciado el diseño y la
construcción del telescopio espacial. Smith se contactó con la
investigadora principal, Fiona Harrison, del Instituto de Tecnología de
California (California Institute of Technology, en idioma inglés),
ubicado en Pasadena, para saber qué pensaba ella sobre el tema.
“Al principio, pensé que la idea era descabellada”, dice Harrison.
“¿Por qué usaríamos el más sensible telescopio de rayos X de alta
energía que jamás se haya construido, diseñado con el fin de observar
las profundidades del universo, para ver algo ubicado en nuestro propio
jardín?”
Finalmente, se convenció. Tal como explicó Smith, el NuSTAR tiene
simplemente la combinación precisa de sensibilidad y resolución como
para estudiar el revelador parpadeo de las nanollamaradas en rayos X. Y
una imagen de prueba que tomaron a finales del año 2014 despejó toda
duda. El NuSTAR viró hacia el Sol y, en conjunto con el Observatorio de
Dinámica Solar (Solar Dynamics Observatory o SDO, por su sigla en idioma
inglés), de la NASA, captó una de las imágenes más bellas que se han
registrado en la historia de la astronomía solar.
El próximo paso, dice Smith, es esperar hasta que se produzca el
Mínimo Solar. El actual ciclo solar irá perdiendo vigor en los próximos
años, dejando así al Sol libre de manchas solares y de otros fenómenos
magnéticos que pueden ocultar las nanollamaradas. El NuSTAR podrá
examinar la superficie estelar y reunir datos sobre estas explosiones
como nunca antes lo hizo otro telescopio.
¿Resolverá el misterio de las nanollamaradas y la corona solar?
“No lo sé”, dice Smith, “pero no puedo esperar para intentarlo”.